¿Cómo es vivir con Trastorno por déficit de atención e hiperactividad siendo niño?
- Neurohealth RD
- 2 jun 2024
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 4 ago 2024
Desorganizados, olvidadizos, destructores, desinteresados, irrespetuosos, malcriados, imprudentes o impacientes, son algunas de las palabras con las que muchos padres describen desesperados el comportamiento de sus hijos con TDAH

Esta situación casi siempre conlleva a la estigmatización, problemas de autoestima, ansiedad, estrés y aislamiento social.
Ahora bien, vivir con TDAH siendo niño puede ser un desafío, pero también puede ser una fuente de creatividad y energía excepcionales. Con el apoyo adecuado y las estrategias correctas pueden prosperar y alcanzar su máximo potencial.
¿A qué nos referimos exactamente al hablar de TDAH?
El TDAH es un trastorno del neurodesarrollo (del cerebro) que afecta aproximadamente al 5-7% de los niños en edad escolar en todo el mundo, siendo uno de los trastornos neuropsiquiátricos más comunes en la infancia. Este trastorno se caracteriza por inatención, hiperactividad e impulsividad, que pueden influir significativamente en el rendimiento escolar, las relaciones familiares y la autoestima del niño.
Más de una forma de TDAH
El TDAH se presenta en tres formas principales, cada una de ellas con características y síntomas específicos que varían en intensidad y forma de presentarse en cada niño.
TDAH predominantemente inatento
Este tipo de TDAH se caracteriza por problemas de atención y concentración. Los niños con este tipo pueden parecer desorganizados y olvidadizos. Los síntomas más comunes son:
Tienen dificultad para prestar atención a los detalles: Cometen errores por descuido en tareas escolares o actividades.
Se distraen fácilmente: Se les dificulta concentrarse en una tarea por mucho tiempo.
Pierden o rompen cosas frecuentemente: extravían o rompen objetos importantes para poder desenvolverse en su cotidianidad como lápices, libros, y tareas.
Olvidan tareas diarias: Se olvidan de hacer los deberes o de cumplir con actividades rutinarias.
Parece que no escuchan: Cuando se les habla, pueden parecer que están en su propio mundo.
TDAH predominantemente hiperactivo-impulsivo
Los niños con este tipo suelen moverse mucho y actuar sin pensar. Los síntomas más comunes son:
Presentan inquietud constante: No pueden permanecer quietos, se mueven mucho incluso en situaciones en las que se espera que estén tranquilos, como en clase.
Hablan demasiado: Tienden a hablar sin parar e interrumpen a los demás.
Actúan sin pensar: Responden antes de que se termine de hacer una pregunta o interrumpen conversaciones.
Tienen problemas para esperar su turno: Les cuesta esperar en fila o en juegos de grupo.
Hacen cosas peligrosas sin pensar: Pueden tomar decisiones rápidas que los ponen en riesgo.
TDAH combinado
Este es el tipo más común y presenta una combinación de síntomas de los dos anteriores. Los niños con TDAH combinado tienen problemas tanto con la atención como con la hiperactividad e impulsividad.
Consecuencias del TDAH en la vida del niño
El Desafío académico
Los niños con TDAH suelen enfrentar dificultades significativas en el ámbito escolar. La inatención puede llevar a cometer errores en tareas, olvidar deberes y tener problemas para seguir instrucciones, lo que resulta en un bajo rendimiento académico.
Retos sociales y familiares
Las dificultades para controlar impulsos pueden llevar a problemas para hacer y mantener amistades, ya que los niños con TDAH tienden a comportarse de manera agresiva o disruptiva, por lo que pueden ser rechazados por sus compañeros, afectando su desarrollo emocional y social.
Además, el comportamiento impulsivo y la inatención pueden generar estrés en el entorno familiar, creando tensiones entre padres e hijos o entre hermanos.
Impacto emocional
La frustración por no poder controlar los síntomas suele afectar la autoestima del niño y aumentar el riesgo de desarrollar problemas emocionales como la ansiedad y la depresión.
La clave está en el diagnóstico. En neurohealth lo hacemos de manera innovadora y precisa
Comprender y tratar el TDAH en niños comienza con un paso fundamental: la evaluación y el diagnóstico. Este proceso no solo es importante para confirmar si un niño tiene TDAH, sino también para descartar otras condiciones que pueden presentar síntomas similares. Obtener un diagnóstico temprano es lo que permite desarrollar una intervención adecuada y mejorar el pronóstico a largo plazo.
En Neurohealth contamos con tecnología de avanzada para hacer esta evaluación. Mediante realidad virtual podemos hacer un diagnóstico rápido y preciso.
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¿Y luego del diagnóstico qué sigue?
Una vez establecido el diagnóstico de TDAH, se pueden explorar diferentes rutas de tratamiento. La terapia conductual, la terapia cognitivo-conductual, la rehabilitación cognitiva y la medicación pueden convertirse en grandes aliados.
La terapia conductual enseña habilidades de organización y manejo del comportamiento, ayudando a los niños y adolescentes a mejorar su rendimiento escolar y social.
La terapia cognitivo-conductual aborda patrones de pensamiento negativos y desarrolla técnicas de afrontamiento para gestionar el estrés, la procrastinación y la impulsividad, mejorando significativamente la calidad de vida del niño.
La rehabilitación cognitiva es como un entrenamiento para el cerebro, diseñada para fortalecer áreas clave como la atención y la memoria.
La medicación, por otro lado, puede ser una herramienta poderosa para mejorar la atención, la concentración y el control de los impulsos. Juntas, estas terapias proporcionan un enfoque integral que beneficia tanto a los niños como a sus familias, ayudándolos a manejar los síntomas y a mejorar su calidad de vida.
Si necesitas orientación sobre el tema, no dudes en contactarnos en Neurohealth, donde contamos con herramientas de vanguardia para hacer el diagnóstico, contribuyendo a la salud y el bienestar del niño.
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